viernes, 27 de marzo de 2015

LA PRIMERA VEZ EN UN KARTING

La primera vez que estuve en un karting, era un día lluvioso de noviembre. Fuimos en coche mi prima, mi tía, mi hermano y yo.
Cuando llegamos, tuvimos que esperar, porque llovía mucho. Al final, pudimos montar al de una hora. Cuando empezamos, yo no sabía conducirlo y me estrellaba cada dos por tres. Con el tiempo fui mejorando y remonté cuatro o cinco puestos.
Cuando terminamos, fuimos a merendar, y cogimos el coche para volver.

                                         Sebastián Chaves

LA PRIMERA VEZ EN UN AVIÓN

La primera vez que monté en un avión tenía diez años, y mucho miedo. Yo quería que me durmiesen para subir como en la serie del Equipo A.
Cuando, al final, llegamos al aeropuerto, montamos mi madre, mi hermano y yo destino Málaga.
Estaba muy nervioso, pero según empezó a despegar, se me quitaron todos los nervios, y cambiaron las tornas: yo empecé a reirme, mientras que mi madre y mi hermano fueron los que más nerviosos se pusieron, cuando, supuestamente, eran ellos los valientes.

                                       Sergio  Fernández

MI PRIMER VIAJE EN AVIÓN

Era una tarde calurosa; mi padre se quedaba en sevilla por motivos de trabajo, y nosotros teníamos que volver  a Loiu.
Lo primero que hicimos ir a la ventanilla de iberia para sacar dos billetes, para mi madre y para mí.
Después de eso, facturamos las maletas.
Cuando llegó la hora fuimos a la puerta de embarque. Para subir al avión tienes que pasar por una especie de pasillo y ocupar tu asiento. A mí me tocó junto a la ventanilla. Nos mandaron ponernos los cinturones y apagar los móviles y todos los aparatos eléctricos, porque podían interferir en las frecuencias del avión.
Cuando empieza a despegar, da una sensación rara: parece que subes al cielo, y luego ves las nubes y el sol como si estuvieras cerca y brilla mucho.
Luego, llegando a Loiu, fuimos descendiendo, y ves el mar y las casas, que parece algo increible y muy bonito. Luego el avión empieza a sacar las ruedas y empieza a tocar el suelo como si fuera arrastrándolas.
Sientes un poco de miedo de ahí a unos kilómetros, hasta que toca tierra, y ya estás en Loiu.
Fin del viaje.


                                         Iban Okamika

SURF EN LAS OLAS DE BIZKAIA

Despertarte a las 6 de la mañana, tomar el desayuno con mis amigos surfistas, llegar a la playa y encontrar las olas rompientes, sólo el sonido de las olas; el viento que empieza a soplar más fuerte. El sol reflejado en el mar, y yo dispuesto a disfutar de un día en la playa.
La primera vez que me metí al mar con una tabla, me cambió la vida para siempre.
Después de luchar contra el mar para poder pasar la rompiente y llegar a donde están las olas. Me siento en la tabla para recuperarme, y la ola empezó a levantarse rápidamente. No tuve tiempo de pensar, no tuve tiempo de ver, ni siquiera pude pararme, pero la ola me llevo unos segundos.
Todavía no se me ha olvidado: fue increible sentirme como si volara y tuviera toda la libertad del mundo.
Ahora, prácticamente es mi deporte favorito.

                                                  El Hassan El Hayani

LA PRIMERA VEZ QUE SALÍ DE MI PAÍS

La primera vez que salí de mi país, fue un día triste y, a la vez, con muchas ilusiones, porque la idea era irme a otro país para mejorar la vida de mi familia. Porque en Brasil, mi familia era menos que pobre.
El llegar a España sin hablar castellano fue un poco difícil.
La primera vez que comí tortilla. La primera vez que pase frío. La primera vez que tuve que aprender a ir sola por otro mundo.
La primera vez que hablé castellano, tuve que hablar sí o sí. Tenía que pedir un filete para comer, y no sé cómo el camarero me entendió. Tuve que hacer señas para explicar que lo que estaban comiendo en la otra mesa, era lo que yo quería. Nada, al final salí con la tripa llena y riéndome de la situación.
Al cabo de los años, aprendes muchas cosas, y ya puedo defenderme en muchas situaciones. Ni todo es tan malo, ni todo es tan bueno.

                                      Rosana Barbosa de Freitas

LAS PRIMERAS VECES

La primera vez que monte en una moto marca Vespa no sabía andar, y me di una hostia con la moto que me estrompé.
Cuando me saqué el carnet de conducir mi primer coche fue un Seat Ronda.
La primera vez que le di un beso a mi novia, me dio un guantazo.
Mi primera bici fue una BH de color azul.
Mis primeras vacaciones fueron a Málaga. Yo era pequeño, tenía unos seis años. Allí vivía la familia de mi madre: abuela, tíos, primos,… Me lo pasé muy bien. Hacía mucho calor , y no parábamos en casa; siempre estábamos en la playa. Allí pasábamos todo el día.

                                                            Martín  Silvas

LA PRIMERA VEZ QUE LE VI

La primera vez que conocí al que es ahora mi marido, me enamoré de él.
Estuvimos un tiempo a escondidas para conocernos mejor. Y una vez de tener nuestro amor ya seguro, él se lo dijo a sus padres.
Hicimos el noviazgo publicó para que lo supieran ya todos: la familia de él y la mía.
Estuvimos seis meses para preparar la boda.
Fue una boda muy bonita y había mucha gente.
Fue una experiencia muy hermosa y un recuerdo que dura toda la vida: enamorarte de la persona que quieres, y el padre de mis hijas para toda la vida.


                                      Mª Carmen Jiménez

ERA LA PRIMERA VEZ QUE HACÍA UN VIAJE

Este es un viaje que no olvido a pesar de los años.
Era la primera vez que hacía un viaje. Tenía veintidos años, y me iba hacia una provincia que no conocía, y, a la vez, en busca de una vida, porque allí donde nacimos no había futuro, donde trabajaríamos y podríamos vivir en adelante con nuestras familias.
Allí dejamos nuestros años de infancia, los juegos, los amigos, los padres que todo fue un esfuerzo grande, nos costó adaptarnos a una vida nueva y difícil de montar o construir.
Entonces fue cuando cambio mi vida y empecé a buscar trabajo.
Cada día me preguntaba para qué había venido aquí si no encontraba nada. Aunque siempre tenía una voz que me decía por dentro “tienes que hacerlo”, y ahora sólo busco la normalidad para vivir el día a día.
Con lo poco que ganábamos nos compramos un piso, lo que fue costoso y duro de poder sobrellevar.
También hicimos cuadrillas de amigos, que lo pasábamos muy bien, y hacíamos viajes y excursiones. En un viaje conocí a mi marido. Tenemos tres hijos maravillosos y tres nietos que son nuestra alegría y tenemos ilusión con ellos.
Queremos hacer un viaje todos juntos y que a la vez podamos disfrutar de unos días de vacaciones, y tengamos todos un recuerdo inolvidable.
Otro viaje que hacemos cada día que tenemos clase es ir a EPA y para los que nos conducen a hacer estos viajes tan positivos para muchas personas.
Gracias a todos.


                                  Mª  Ángeles Sobrino    

LA PRIMERA VEZ EN AVIÓN

La primera vez que monté en avión en un vuelo entre Tindouf (Argelia) y Madrid, le pregunté a una azafata que dónde estaba el servicio y cómo funcionaba.
La primera vez que fui al extranjero fue en el año 2001 con la compañía Air Algerie.
El avión era una pasada. Nos explicaron los accesos de emergencia en caso de accidente.
Aquello daba miedo, pero, a pesar del miedo, disfruté un montón de aquel viaje.

                                        Fatimetou Bachir Hamidi

EL VERANO


A mi me encanta el verano, porque nos vamos a asar en la barbacoa y me gusta mucho la carne a la brasa, y estar con toda la familia.
La primera vez que preparé una barbacoa, me costó encender el fuego. Puse churrasco, chorizo, morcillas y panceta, y el asado me salió muy bien. De la ensalada se encargó mi suegra, que las hace muy ricas.
Todos los veranos nos vamos a veranear, y nos gusta bañarnos en el río y bebernos cervezas.


                                              David  Hernández

LAS FIESTAS DEL PUEBLO

La primera vez que fui a las fiestas del pueblo me lo pasé genial.
Era una noche maravillosa en la que disfrutamos grandemente con mis dos niños.
Primero subí a mis dos niños a los cochecitos y después comimos algodón de azúcar.
Lo pasamos genial.


                                     Ana Jiménez

LA PRIMERA VEZ EN BARCO

Una vez fui a Santurce a pasar la tarde con mi suegra y mi hija.
Vimos un barco para turistas, pero no quisimos subir, porque mi hija se dio cuenta de que el barco se había soltado. La gente se asustó, y se nos quitaron las ganas de subirnos al barco.

                                                Ana Díaz

LA MONTAÑA RUSA

La primera vez que me subí a la montaña rusa del parque de atracciones, me dio mucho miedo, y será la última vez que me suba.
Después estuvimos comiendo un algodón de azúcar. También jugamos en las tómbolas, y nos tocaron muchas cosas.
Pasamos la tarde muy bien, aunque me dio mucho miedo la montaña rusa, porque salí mareada, pero, bueno, pasamos una tarde entretenida.


                                         Amaya  Cortés

LA MOTO

Estaba un día esperando a que viniera mi hijo a buscarme con el coche; y me vino con su Vespa.
Yo le dije: “¿pero estás bien para que monte yo ahí?”, y me respondió: “¡tú puedes eso y más! ¡Que también has montado en globo!
Y no pasó nada ni en la moto ni en globo; tenía miedo, pero no me pasó nada.

                                           Begoña

LA BICICLETA

Cuando tenía seis años, me encargaba de llevar la comida a mi padre al campo; por lo cual, cogí una bici con la que llevaba a mis familiares la comida. Con habilidad llevaba un cuenco con sopa de fideos, garbanzos, tocino y chorizo. ¡Hay que ver, con aquella temperatura, que buena estaba! No había café, ni postre.
Luego cogías y, vuelta a tu casa a ayudar a tu madre.

                               María

LA PRIMERA VEZ CON UNA MUJER

La primera vez que tuve una relación con una mujer, yo no dormía, porque siempre pensaba en ella, toda la noche sin dormir.
A veces me preocupaba cómo, al día siguiente, iba a hablar con mi amiga, yo no sabía cómo expresarme. Tenía miedo de quedarme sin palabras delante de ella.
Ella se daba cuenta de que yo no sabía hablar con las mujeres, y me metía presión para que tuviera una conversación con ella.
Yo tenía vergüenza de hablar con ella cuando estaba conmigo, pero cuando no estaba delante, yo tenía muchas palabras.
Cuando ella estaba conmigo, me ponía nervioso y me quedaba sin palabras.

                                                   Moussa  Kouotou

LA PRIMERA VEZ EN AVIÓN

La primera vez que me subí en avión fue en mi  viaje de novios, y fuimos a Valencia y Sevilla.
Se me hizo muy corto el viaje, y para volver a Bilbao le dije a mi marido que teníamos que volver en tren, para ver el paisaje y que se me hiciera más largo el viaje.


                                              Isabel   Olmo

LA CARTA

11-3-2015

Mi querida hermana:

Con todo mi cariño te escribo una carta por primera vez, para decirte qué tal os encontráis; espero que bien todos, que es lo principal.
Nosotros, de momento, bien, gracias, sin novedad ninguna, gracias a Dios.
También te digo que ayer fui a andar a Usansolo, y anduve diez kilómetros. Ya me di un buen paseo, ya hice ganas de comer, así que el que dice que algunos se aburren es porque quieren, porque yo no me aburro, hay cosas para no aburrirse.
Hay, también, piscinas para ir a natación. También hay deportes de pesas, hay de todo: si quieres no paras en casa en todo el día.
Otro encargo es ir a por los nietos, porque eso es otro encargo que no es chico, que a las ocho de la mañana tienes que ir. No es oro todo lo que reluce: creemos una cosa, pero, a veces, es otra; que si les ocurre algo, luego tú eres el responsable de lo que les pase a los nietos, encima eso.
Esta semana tampoco nos podemos quejar, porque está haciendo un tiempo muy bueno, parece verano. El otro día me senté en un banco, calentaba mucho el sol, y me puse a la sombra de lo que calentaba.
Sin más que contarte, un fuerte beso y un abrazo de tu hermano que no te olvida.

                            Ramón Castellanos


LAS PRIMERAS VECES

La primera vez que subí a un avión, pasé un poco de miedo.
La primera vez que fui a la playa también me hizo mucha ilusión.
La primera vez que fui a vendimiar, a coger las uvas de mi abuelo. También fui a coger aceituna de mi abuelo. Hacía mucho frío, porque era invierno, enero, pero lo pasé muy bien, que fuimos todos los nietos.

                                                             Martina López

LA PRIMERA VEZ QUE SALÍ DEL PUEBLO

La primera vez que salí de mi pueblo, fue para venir a Bilbao.
Me pareció todo tan distinto que me quería ir otra vez. Me costó mucho, pero ahora estoy contenta, ya tengo mi vida tranquila aquí con toda la familia.
Voy a mi pueblo y tengo ganas de volver.

                                                      Leo Peña

LAS ANGULAS

La primera vez que comí angulas, las pesqué en Bilbao en la ría, enfrente del Arriaga, hace 41 años. Eran 800 gramos. Las maté con tabaco, y las comí con mis padres.

                                                   José Sainz la Maza

LA PRIMERA VEZ QUE VINE A VIZCAYA

La primera vez que vine a Vizcaya, tenía 12 años.
Vine a un caserío y me encantó. Estaba con las gallinas, conejos, …,  todo eso teníamos. Lo pasaba muy bien.
Lo malo es que había que ir a lavar al río y traer agua de la fuente.
Cuando cumplí trece años, empecé a trabajar en una fábrica, y me tenía que levantar a las cinco de la mañana, porque había que ayudar en casa.


                             Isabel   Valera

UN PERRO ABANDONADO

La primera vez que rescaté a un perro, fue una de las sensaciones más gratificantes de mi vida. La perrita llevaba meses deambulando por las calles, porque la habían abandonado. La pobre parecía un saquito de huesos, estaba sucia, tenía miedo a la gente; siempre mojada hasta los huesos, siempre tan indiferente ante las miradas, hasta que se cruzó con mi mirada, parecía pedir ayuda desesperadamente, y no miré hacia otro lado: la recogí. Movía su colita, pese a que tenía pánico. La llevé a un veterinario, la dieron vacunas, la bañamos, le dimos de comer, durmió calentita en mi cama. Y es el día de hoy que Lena vive con una familia que la adoptó; y jamás volverá a pasar penurias.
 Desde esa primera vez, a día de hoy, me dedico a rescatar animales, y con cada animal que recojo tengo la misma sensación que la primera vez.
 P.D.: Ayuda a un animal abandonado, no seas indiferente, por favor.
 

                               Igor Cedrún

EL TREN

Yo me acuerdo que vine de Málaga a Vizcaya. Fue que mi tío, que vivía en Pamplona, fue a mi pueblo y nos trajo a Villaro, porque trabajaba mi padre en el túnel de Andurraga.
Y sacó los billetes del tren y como no tenía dinero suficiente para todos, a mí me metió debajo de los asientos del tren desde Madrid a Pamplona.
Yo tenía ocho años,  ¡qué iba a hacer yo!

                                  Diego  Morales



LA PRIMERA VEZ QUE SUBÍ EN AVIÓN

La primera vez que subí al avión para ir a Sevilla con mi marido, pasamos mucho miedo. De Bilbao a Sevilla echó una hora, pero se nos hizo como si hubiera sido un día entero.
A los tres meses de estar en el pueblo, volvimos y fue mejor, porque el miedo se nos olvidó.

                                    Carlota del Águila


EL MEJOR AMIGO DEL HOMBRE

Hace casi un año que murió mi perra, debido a la avanzada edad que tenía, y para mí fue un duro golpe.
Yo era consciente de lo que, tarde o temprano, le pudiera pasar, pero ¡la quería tanto!, que ni siquiera podía imaginar que de un día para otro enfermaría y la perdería para siempre.
Esto me dejó sumida en una gran tristeza; no pensaba que la ausencia de ella pudiera causarme tanto dolor.
No tenía ganas de nada, ni de comer, ni de dormir, ni de llegar a casa, porque sabía que ya nadie me esperaría.
Algunas personas que no aman a los animales me decían que no me preocupara, que sólo era un perro, pero para mí era algo más, como otro miembro más de mi familia.
Pasaron unos meses, y yo seguía con el corazón desgarrado por la pena, hasta que una tarde llamaron a mi puerta, y éste me dio un vuelco al ver a mi hijo que me traía una pequeña y menuda perrita de unos seis meses. No lo sabían con exactitud, pues la habían adoptado de una perrera y desconocían su verdadera edad, ya que sus dueños la habían abandonado a su suerte, siendo aún un cachorro.
Cuando la vi por primera vez, no me lo podía creer: ¡era preciosa!; con sus orejillas negras, su cuerpo blanco con innumerables motas negras y unos grandes ojos color miel, con un halo de tristeza en su mirada, probablemente por lo mal que lo había pasado cuando se vio sola y abandonada.
Ha pasado algún tiempo y la veo feliz. Tiene una mirada más alegre. Yo le doy todo el cariño del mundo, y ella me lo da a mí.
A la otra nunca la olvidaré, siempre la llevaré en mi corazón y la echo muchísimo de menos, dejando un vacío tan grande en mí, difícil de superar, pero la vida continúa y mi pequeña Neska, como llamo cariñosamente a ésta, ha devuelto de nuevo la alegría a mi vida.
Hace unos años oí una historia que me estremeció y conmovió. Un dueño que maltrataba constantemente a su perro, pegándole palizas sin motivo alguno; pues, en cambio, el animal le quería con locura, hasta el extremo de que cuando éste enfermó y quedó postrado en cama, no se movió de su lado hasta que falleció, cuidándole y protegiéndole hasta el final de sus días.
Muchas veces me pregunto cómo puede haber personas que maltratan a los animales, sin pensar que ellos también sufren y tienen sentimientos, que nunca te fallarán, ni abandonarán, y siempre estarán ahí cuando más los necesites, dándote su cariño sin esperar nada a cambio.
Por eso, si algún día piensas en abandonarlo, no lo hagas, ya que para él perderte sería lo peor que le pudiera pasar, llegando incluso a la depresión, o, en casos peores, a morir de pena por la tristeza de saber que ya nunca más te volverá a ver.
No lo olvides nunca: el perro es el mejor amigo del hombre por la lealtad, cariño y fidelidad que te profesará mientras viva, ya que su dueño, pase lo que pase y por encima de todo, siempre será lo más importante de su vida.

                                  Mª  Jesús  Epelde


MI PRIMERA VEZ EN MOUNTAIN BIKE

La primera vez que aprendí a andar en bici sin ruedines, fue en una mountain bike que me regalaron al cumplir 4 ó 5 añitos.
Ese día estaba tan ilusionada, que, sin pensármelo, fui a montarme, y al colocar el pie en el pedal, resbalé y me di un fuerte golpe con la barra del medio en mis partes íntimas. Sólo recuerdo que me tiré días con dolores y sin querer coger la bici hasta que se me pasaron todos los males, y entonces comencé con más cuidado y sin prisas, con ayuda de mis abuelos a aprender a andar sin ruedines.

                                    Judith Novo

EL MERCADO

Me acuerdo de la primera vez que fui al mercado; fue con mi  abuela y tenía 6 años. Era un día maravilloso, estaba muy contento. El miércoles de cada semana se dirigía toda la gente del  pueblo al mercado que se llama Sok Larbaa. Me desperté a las 7 de la mañana,  y esperé a  mi abuela  hasta que estuvo  preparada para ir al mercado, que está a 4 kilómetros  de nuestro pueblo. Subimos encima del burro; yo iba sentado detrás de mi abuela. Después de medio hora llegamos. Allí me encontré a los niños de mi pueblo que iban acompañados de sus padres. Estaban muy contentos, y llevaban en sus manos caramelos. Mi abuela  me compró también caramelos, y le acompañé a todos los puestos  del mercado  hasta que terminó la compra. Luego entramos en una lechería donde se vendían bocadillos de atún y huevos. Allí mi abuela me compró un bocadillo de atún y un vaso de Coca Cola. Luego volvimos a casa. Fue un día inolvidable.

               Mustapha  Talao

jueves, 26 de marzo de 2015

La Premiere fois que...

La premiere fois que j’etais entré en Europe c’etait  le plus Beau jour de ma vie. Bien vraie que je croyais que ici c’est plus facile de gagner la vie mais c’est tout a fair le contraire. Avoire de l’argent c’est tres important, aussi voyager et aprendre comment est la vie ici: comportement des personnes, leurs experiences  comment ils travaillent, les materiels qu’ils ont, les emboutellages, les feux de pieton et de voiture, les apartements etc…
 Je suis tres content. Je n’ai pas d’argent mais les vasques sont tres jentils et ya la paix ici.

La Primera vez que…

La Primera vez que entré en Europa fue el mejor día de mi vida.  Creía. De verdad, que aquí era más fácil ganarse la vida, pero fue todo lo contrario. Tener dinero es muy importante y, también viajar y aprender como es la vida aquí: el comportamiento de las personas, sus experiencias, cómo trabajan, qué materiales utilizan, el tráfico, los pasos de peatón y los coches, los edificios, etc… 
Yo estoy muy contento de estar aquí. No tengo dinero pero los vascos son muy agradables y aquí hay paz.       

Sanoussy  Badio 

martes, 24 de marzo de 2015

MY FIRST TRAVEL BY PLANE

I travelled for the first time by plane on March fourteenth. I was in Canarias with my boy.The travel started in Bilbao at ten o’clock and we arrived in Tenerife at half past twelve.
We got tickets to visit the centre by bus. We saw the Teide. Next day we went to Lanzarote by plane.The travel was very good but it was very windy. I didn’t like the wind, but I liked Lanzarote.
I haven’t travelled by plane again.

Mª Jesús Alba

lunes, 23 de marzo de 2015

MY FIRST HOLIDAY IN ASTURIAS.

I went to my first holiday in Asturias in 2011.I was in Ribadesella with my girlfriend. We wanted to do the descent of Sella river. We rented a canoe in the city.
The descent started at ten o´clock a.m. We had brekfast first, and we arrived at the descent at a quarter to ten. It is between mountains. We did the descent in five hours. It was very beautiful. My girlfriend and I drank cider and ate a sandwich.


Juan Carlos Álvarez Cordón. 

La primera vez que subí a un avión.

La primera vez que subí a un avión fue en el mes de agosto de 1978 en unas vacaciones de verano con destino a Melilla para visitar a mi hermano Luís, que estaba haciendo la " Mili" allí.
El itinerario era:
Bilbao - Madrid
Madrid - Málaga
Málaga - Melilla
La experiencia fue buena a pesar de ir sola, cuando siempre iba con mi familia o amigas. Tanto Bilbao - Madrid como Madrid - Málaga fueron vuelos buenos. En cambio en el vuelo Málaga – Melilla, cuando llevábamos 15 minutos de vuelo se rompió el tren de aterrizaje y tuvimos que regresar al aeropuerto de Málaga. Iberia nos alojó en un hotel y nos dio de cenar. Al día siguiente nos llevaron al puerto para ir a Melilla en barco, puesto que la pieza del avión la tenían que traer desde Canadá. En el puerto de Melilla me esperaba mi hermano con una entrada para ir a ver a Demis Roussos. Al ir yo desde tan lejos, a mi hermano le dieron libre una semana en el cuartel en la cual solamente tuvo que hacer una guardia.
Allí llegué cuando se celebraban las fiestas patronales y pasé unos días maravillosos e inolvidables.


                                                                                                                                     Juli Zatón.

The first time I went to a concert...

The first time I went to a concert the experience was wonderful. I went to see Victor and Ana Belen.
I was about 15 years old. I went with friends in summer.
At the beginning I looked at people and I sang more than the singers.
The environment was great. People danced. I thought that in a concert of two hours I would be bored but I wasn’t.



MOISES REQUEJO

Aquel verano de 1977...

Aquel verano de  1977,  en la hermosa zona de Ribadesella,  en una de sus playas. Aquel día hacía un tiempo  fabuloso: buena temperatura, un cielo azul. Ni una nube, preparamos todos los trastos que se suelen llevar: “objetos de juegos para niños”.  Fuimos toda la familia  a la playa.
Yo  tenía nueve años, que para mi edad debería de saber nadar porque  pensé o comparé el río con el mar. Ya que en aquella playa cuando bajaba la marea, se quedaban como una especie de piscinas que parecían lo que no eran. Yo me tire rápidamente al llegar a la playa, jugué en el agua hasta que cuando fui a salir quise poner el pie y no tocaba. Me entró tal pánico que casi me ahogo.
Conseguí darme un impulso y salir. Fui corriendo donde mis padres y les conté lo que me había pasado  y me dijeron: ¿Qué te habíamos dicho?  ¿De ten cuidado qué? 


Moisés  Requejo 

La primera vez que cogí un coche...

La primera vez que cogí un coche choqué con la única farola que había en cientos de metros a la redonda.
Siempre había deseado conducir esperaba con ansia el día que tendría 18 años y alcanzar aquello que imaginaba iba a conseguirme la libertad y la autonomía que representaba tener coche.
He vivido en Aperribai una zona de difícil acceso, si conocéis el sitio también sabréis que queda apartado de Basauri que era donde estudiaba y me relacionaba con mis amigos.
Siempre tenias que considerar el tiempo que tardabas en llegar al instituto, al cine… y cuando volvías a casa de noche lo lejos que parecía que estaba.
Así que cuando un amigo se ofreció a enseñarme a conducir ni corta ni perezosa me animé.
El sitio elegido fue el parking del parque de atracciones de Bilbao un lugar solitario porque llevaba tiempo cerrado.
Empezamos y aquello fue bastante bien cogí confianza y me distraje chocando con la única farola del recinto.
No fue nada pero me asusté pensando en lo que hubiera pasado en la carretera.
Por eso hasta los 30 años no saqué el carnet de conducir.

Maite Viteri

miércoles, 18 de marzo de 2015

La primera vez que...



 LA  PRIMERA  VEZ QUE…   VI  BILBAO



La primera vez que vez ví Bilbao estaba en fiestas. Los gigantes bailaban, la gente cantaba mi boca estaba abierta por la felicidad de la gente.
Vi una gran estatua en forma de perro con muchas flores colgadas en su cuerpo como colores naturales. Se llama Popi, fue sombroso.
La primera vez que vi el metro me asombro que la gente salía de bajo tierra.
En Bilbao había muchas personas de deferente países, me llamó la atención.
La primera vez que vi las procesiones en Semana Santa me asombré.

                                                              BOUZIANE DROUNI



LA PRIMERA VEZ QUE…PASEÉ POR BILBAO

La primera vez  que pude venir a Bilbao me gustó su ambiente.
Andando por la calle quería ver la ciudad.  Fui al museo Guggenheim para visitarlo y me gustó mucho por dentro porque era enorme.
La primera vez que trabajé en el campo de naranjos para recoger  naranjas tuve miedo de subir a un árbol porque estaba muy alto.

                                                                     ISSA WILDAGO
                                                                       




LA PRIMERA VEZ QUE…


La primera vez que vine a Bilbao no conocía ninguna persona, me sentía muy solo y echaba de menos a mi familia.
La primera vez que vi a mi hija estuve muy emocionado, me sentía muy contento.
La primera vez que comí tortilla con patata me encantó mucho el sabor.
La primera vez entré en Europa tenía mucho frío, no tuve chaqueta grande para protegerme.
La primera vez que salí de mi país era muy pequeño no hablaba castellano.
Y cuando empecé a estudiar castellano me resultó difícil porque era un idioma muy diferente.
La primera vez que hice una mudanza fue muy cansado porque no tuve ayudante. 
La primera vez que entré en la Biblioteca de Basauri había poca gente. Me pareció una escuela.
La primera vez que empecé a viajar fui muy nervioso. Porque era un avion.

                                                                   MAMADOU  SAMB

                                                                     



             LA PRIMERA VEZ QUE…TUVE UN TRABAJO


     La primera vez que trabaje en mi país, Marruecos, fue  como contable en la oficina de una empresa de ladrillos.
     El primer día fue muy difícil,…. conocer al jefe, a los compañeros, el trabajo también. Me parecía como una montaña difícil de subir. El lugar me parecía muy triste, con una mesa, un ordenador enfrente de mí y unas estanterías llenas de documentos que tenia que organizar.
    Por un momento pensé salir para no volver, pero cuando el tiempo pasó me tranquilicé y todo salió bien. He trabajado en aquel sitio siete años y durante este tiempo  he estado  muy feliz.    

                                                                    MARIAM  AHYOUD


                             
 La primera vez que vine a Bilbao... 

 Me gustaron muchas cosas: 
Por ejemplo el metro. Me asombró que la gente saliera de debajo de la tierra.
Al final sentí curiosidad y bajé. Quería ver lo que había dentro.
Entré por un túnel y bajé las escaleras mecánicas hasta la estación pero no entré al metro.
El año pasado mis compañeros y yo fuimos con un profesor que se llama Carlos para ver como funcionaba el metro. Vimos las máquinas que van dentro del vagón y también en la cabina con el  chofer y nos enseñaron  como conducir el metro.  
La primera vez que viajé en barco fue cuando vine a España y cuando iba navegando me sentí muy mareado y también asombrado porque era la primera vez que salía de mi país.

                                                                  MILOUD  TALAO



              
               LA PRIMERA VEZ QUE…HICE UN VIAJE A EUROPA



Fue algo así:
Primero hice una buena programación de todo lo que necesitaba para el viaje y luego compré  los billetes para el día 30 de agosto de 2004 con destino España aeropuerto  de Barajas Madrid.
Yo confieso que tenía una gran ilusión en este viaje porque era el primero que hacía a Europa.
Llegando a mi destino empecé a pensar en disfrutar de la buena gastronomía que esta ciudad ofrecía yo  estaba muy contenta  con todo lo que comía, bebía,  veía y compraba.


                                               ANDREIA SANTOS DE ALMEIDA

martes, 17 de marzo de 2015

Mi primer viaje a Bilbao...

Mi primer viaje a Bilbao, lo voy a llamar  “descubrimientos y semejanzas entre Cristóbal Colón y yo”. Colón descubrió América,   yo descubrí Bilbao.
Él viajó al otro lado del mundo,  a mi me lo pareció.
Los mares que él surcó estaban revueltos,  mi estomago también.
Él descubrió otras civilizaciones,  yo descubrí por qué mi madre llevaba bolsas de plástico vacías en su bolso.
Él descubrió tesoros,  yo descubrí los semáforos.
Él se trajo la patata y el tomate,  yo me traje los bollos de mantequilla y los caramelos de malvavisco.
Él no sé si volvió,  yo tardé un tiempo en hacerlo.


Elisabeth Egilior

viernes, 13 de marzo de 2015

EL INGRESO DE BACHILLER

Aquel día me levanté más temprano que de costumbre. Era un día de labor, pero mi madre me había preparado la ropa de los domingos. Tenía 11 años y  esa mañana haría una de las cosas más importantes de mi vida. Desde hacía varios meses, la maestra de la escuela me había estado preparando para ese momento. Presentarme al examen de Ingreso de Bachiller. Era la primera vez que me sentía importante. 

Llegué al Instituto Masculino de Basauri,  donde debía hacer el examen,  antes de la hora prevista y con muchos nervios pero convencida de que, ahora, me tocaba a mí demostrar todo lo que había aprendido.  

El examen constaba de dos partes: una escrita y otra oral. Ésta era la peor porque debía responder a las preguntas delante de unos señores muy serios que llamaban “El Tribunal”. 

Una semana más tarde, las listas de los exámenes se exponían en el tablón de nuncios del Instituto. Encontré mi nombre y seguido, en el margen derecho,  una palabra “Aprobado”. Volví a mirarlo para cerciorarme. Era cierto. Estaba aprobada. Era magnífico. La sensación de alegría, nervios, emoción se mezclaban. Llegaría a casa y lo celebraría con mis padres. Después, iría  a comunicárselo a la maestra, aquella que me había preparado y, además, me despediría de Ella. Ya no volvería a la escuela y tampoco estaría con mis compañeras. El próximo curso empezaría en el Instituto con nuevos compañeros y nuevos profesores. Todo sería distinto. 

Con el examen de Ingreso de Bachiller sentí que era la primera vez que hacía algo que cambiaría mi vida. 



Isabel Gallego

LA PRIMERA VEZ QUE...

Vine a clase, vine con mucha ilusión  para aprender.
Ahora estoy muy contenta porque cada día aprendo un poquito más.

                                                SOLEDAD COVA


Vine a la escuela, Alicia me dio clase. Alicia era una profesora buena y nos hacia trabajar mucho.

                                                PEDRO HERENCIA


Vine a la escuela  porque quería aprender a  escribir mejor. He aprendido mucho y me gusta mucho la escuela porque se aprende y haces amistades.

                                               ANTONIA  ALVAREZ


Vine a Vizcaya  me parecía que estaba en el fin del mundo. No salía el sol, llovía mucho y yo me pasaba sola las horas llorando.  Me acordaba de mi pueblo y mi gente.

                                               PAQUITA MOLINA


Vine a EPA estuve muy contenta con mis compañeros y ademas aprendia muchas cosas nuevas.

                                               CARMEN ANGUIANO



La primera vez que me enamoré fue de una chica muy guapa y ahora tengo seis hijos con ella. Vivo en Arcocha pero nacÍ en Bilbao. La primera vez que fui a la escuela no sabía nada era analfabeto, ahora me defiendo.

                                                  AGUSTÍN ALONSO

jueves, 12 de marzo de 2015

NUESTRO SAN MAMES ZAHARRA


La primera vez que entré en el San Mames zaharra tuve una mezcla de sensaciones impresionantes. Era un partido entre el Athletic y el Mallorca. Cuando subí las escaleras que llevaban a mi localidad y vi todo el campo desde lo alto, me pareció inmenso, a eso hay sumarle el olor que había en el ambiente a césped recién cortado, ese es un detalle que nunca olvidaré. Cuando empezó el partido la afición del Athletic apoyó a su equipo como de costumbre, con toda la fuerza y ganas que le caracteriza, poniéndome los pelos de punto, cada vez que cantaban todos juntos el himno del Athletic.
Voy a confesar que no entiendo nada de fútbol, motivo por el que me pasaron unas anécdotas ese día en el campo que ahora voy a contar. Como ya he mencionado, yo no tengo ni idea de fútbol así que aquel día yo no sabía cuándo cometían faltas, penaltis, fuera de juego…… yo gritaba y recriminaba a los jugadores, al linier o al árbitro cuando oía a la gente cual era el motivo. A mí nadie me había dicho que en la segunda parte del partido  los equipos se cambian el campo, así que yo tan ensimismada y metida en el partido me puse a animar al equipo contrario que en ese momento ocupaba la parte del campo que antes había ocupado el Athletic. La gente que estaba a nuestro alrededor me miraba con cara rara y mi marido, el pobre, no sabía donde meterse, hasta que me dijo lo que pasaba. Casualidades de la vida, la gente que estaba en las localidades cercanas era la gran mayoría conocida del barrio de mis aitas. Aquel día el Athletic perdió, pero a pesar de eso fue una tarde que recordaré siempre porque me lo pase genial y me impresionó el ambiente que había en el campo cuando la gente al unísono cantaba y animaba al Athletic con tanta fuerza e ilusión. Terminamos la tarde tomando unos tragos por Pozas y disfrutando del ambientazo que solo la afición de este equipo sabe dar.

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡AUPA ATHLETIC TXAPELDUN!!!!!!!!!!!!!!!

Naiara Goikoetxea




DÍAS DE LLUVIA


La primera vez que di sentido a mis días de lluvia….
Todas, todas las noches me despedía con un gran beso, pero llegó el día en el que ya no estabas, y subiste al cielo, solo recuerdo que llovía y llovía y siendo una niña pensé “hasta los ángeles lloran  tu partida”.
El primer día de mayo llovía y llovía y yo solo pedía “¡el día de mi comunión que no llueva!” , pero dentro de nuestra tristeza logramos pasar un buen día.
Y pasaron los años y a casarme yo me disponía, cuál fue mi sorpresa que en julio también llovía y llovía .Mirando por la ventana pensé en las casualidades de la vida, y reflexione: la lluvia me regala  tu compañía.
En agosto nació mi hija, como no, yo ya sabía que llovería ese día y también sabía que estando tú a mi lado todo saldría de maravilla.
Yo prefiero mis días de lluvia, porque sé que mis días de lluvia se llaman María.

Yolanda Ruiz Basilio

miércoles, 11 de marzo de 2015

LA MOTO

Todo empezó siendo yo muy pequeñito. Siempre he sido muy decidido, muy visceral, no me da tiempo a pensar dos veces. Desde que ví una moto, he querido tenerla. Pero siempre había otras cosas antes y si no, le daba miedo a mi madre y claro, al final  me convencía de que había cosas más importantes.
En mi vida he pasado muchas cosas: pérdida de seres queridos muy cercanos, problemas por no tener un trabajo estable, hipoteca…en general, los problemas de todo el mundo. Y quizá por eso, en mis peores momentos me he dado cuenta de que al final, estamos de paso, así que de vez en cuando hay que darse algún capricho. Por eso decidí  comprar una moto.
Por fin, la compré. “Mi primera moto”, nada más y nada menos que una HARLEY DAVIDSON. Ahora estoy inflado de felicidad y satisfacción con mi moto. Incluso cuando estoy simplemente mirándola, no puedo quitarme ese sentimiento. Soy feliz. Igual es absurdo pero es lo que me hacía falta.

Iñigo Beitia

MATERNIDAD

Hay muchas primeras veces en esta vida, pero para mi la más importante fue cuando decidí quedarme embarazada de mis hijas. Principalmente fueron buscadas, cuando mi pareja y yo lo decidimos, felizmente me quedaba embarazada. Fue una de las mejores etapas de mi vida.
  Hay muchos cambios, en tu cuerpo y psicológicos, te sientes rara, distraída y muy sensible. Los sentimientos a flor de piel, lloras y ríes por cualquier cosita.
La experiencia de la maternidad para mí fue un conjunto de emociones, los nueve meses más intensos, bellos y felices de mi vida.


Tomar la decisión de tener un hijo es trascendental: se trata de decidir que tu corazón caminará siempre fuera de tu cuerpo.


Mª Jesús Alba

martes, 10 de marzo de 2015

LA PRIMERA VEZ QUE VI LA NIEVE.

Tenía 10 años y era invierno. Mis hermanos y yo al levantarnos vimos que esa noche había nevado. Nos pusimos muy contentos al verlo todo tan blanco. Las vistas desde mi ventana eran preciosas. Parecía una de esas peliculas americanas que echan en la televisión durante las navidades. La calle llena de niños jugando con las bolas de nieve, un quitanieves echando sal para que los coches y la gente no resbalasen. Emocionados desayunamos y subimos andando hasta el monte de Upo, mientras arrastrábamos unos trineos.
Era la primera vez que veía la nieve. Cuando llegamos al monte, divertidos corríamos y hacíamos guerra de bolas. Cuando pasó un rato, se nos ocurrió hacer un muñeco de nieve entre los tres. ¡¡Estábamos emocionadísimos!!
Recuerdo que el tacto de la nieve era esponjosa, polvorosa y que me quemaban las manos. Nos tiramos por las campas con los trineos y unos plásticos que encontramos por allí.
Después de caernos, reírnos y pasarlo en grande pero empapados, volvimos a casa a ducharnos y a tomarnos un vaso de leche caliente para remediar el frío que pasamos aquel día, inolvidable.

Kiko Fernández.

LA PRIMERA VEZ QUE VI LA CARA DE MI HIJA

Era la hora de la siesta y me tumbé a dormir en la cama. Esa mañana anduvimos mi marido y yo por Bilbao. Recuerdo que mi barriga pesaba más que nunca pero me encontraba bien.
Me desperté con los golpes de la puerta de la calle y ví a mi marido con mis primos en nuestra habitación ; habían venido de visita.
Estuvimos hablando un rato de mi embarazo, como me encontraba, que tal lo llevaba... A mi prima lo primero que le llamaron la atención fueron mis labios pues estaban hinchadísimos y me dijo que eso era una señal de aproximación del parto.
Efectivamente, esa misma noche sobre las 20:00h empecé con contracciones y a las 23:00h mi madre me llevó al hospital junto con mi marido y mi suegra. Me ingresaron al momento y me quedé en la sala de partos; nerviosa, ansiosa por ver a mi pequeña. Los mismos nervios que tenía mi marido que no se separó de mi en ningún momento y estuvo aguantando mis quejidos e intentando tranquilizarme.
Fueron doce horas de sufrimiento y sin efecto de epidural las últimas dos horas, con la mano de mi marido apretando la mía empujé y empujé hasta que Laia nació. La escuché llorar, nos miramos y cuando me la pusieron encima de mi pecho la sentí, la olí, levante su cabeza y lloré por nuestro encuentro. Era la primera vez que veía la cara de mi hija.
Ya estabámos los tres juntos, por fin después de 9 meses esperando. ¡¡Que bonita palabra...FELICIDAD!!

Aroah Rios. 

...ME PONGO A ESTUDIAR LO DE AÑOS ATRÁS.

Con 16 años me puse a trabajar
pues no quería estudiar.
De joven no te dedicas a pensar,
solo quieres disfrutar.
Yo solo quería dinerito ganar
y así ropas comprar y en la discoteca bailar.
Entonces había donde trabajar
Pues todo estaba por descubrir y fabricar.
Éramos menos que ahora en la sociedad,
podíamos elegir entre estudiar o trabajar.
A los jóvenes de hoy les recomiendo estudiar.
Cuanto más preparados llegues a estar
más oportunidades encontrarás
Ahora es cuando tienes que luchar
para que el día de mañana puedas disfrutar
Ahora a los 50 y más
es la primera vez que…
Me pongo a estudiar lo de años atrás.
A ello ahora me puedo dedicar
Ya que no hay para trabajar
Estudiar me ha llegado a compensar
dándome un poco de relax
Y un gran conocimiento universal escolar
Además, el saber no ocupa lugar.
Y el cerebro con sabiduría se encontrará.
Así que, todos y todas a estudiar.
A luchar para un buen trabajo encontrar
y en el futuro disfrutar.

Purificación Mencía

SUCEDIÓ EN VERONA

La primera vez que vi a Romeo, fue en un patio. El enamorado de Julieta “la fierecilla domada” que llena su pensamiento.
Envainada su espalda en cinto, yendo raudo, veloz a su encuentro.
Romeo entra en palacio como una” tempestad” atraviesa zigzagueando el patio como un caldero borracho.
“Los caballeros de Verona” que se percataron de su estado, le mandaron fuera un rato. Romeo hace oídos sordos a tal vil invitación.
“El mercader de Venecia” testigo de este trago, grita con pie de guerra “Vida al rey Lear” pero que no se entere “El rey Juan”, pues sus aposentos darán lugar a una comedia de equívocos y no me quiero lamentar.
“Las comadres de Windsor en un rincón del portalón debatían con otras damas, su maltrecha vida conyugal, pero quedaron espantadas al ver aparecer el vil animal.
En” La noche de reyes “como “Un cuento de invierno” se hace presente el amor de “Antonio y Cleopatra” que  reposan en sus aposentos, evitando al elemento.
Julieta la fiel dama se atreve a decir ¿Dónde está mi Romeo? Que ni en la locura de “Hamlet” hace que  se aparte  de su caldero.
Haciendo honor a su nombre Julieta, doncella, dulce y dispuesta, exige a su amado cuenta.
Romeo, como buen galán, lleva prendidas dos rosas, una llega a  dar a su amada, otra al ojal se le antoja.
Julieta, hace sonetos lamentos, pero firme en su empeño de cambios. Da   a su adonis puerta.
Romeo incrédulo dice: “A buen fin no hay mal principio y porque bien está lo que bien acaba”.
Romeo que no da crédito a sus palabras, se lamenta.”

“LA VIDA ES UNA HISTORIA CONTADA POR UN IDIOTA.UNA HISTORIA LLENA DE ESTRUENDO QUE NADA SIGNIFICA”

                                                                                                             Virginia Amaia Bringas Bartolomé


Acompañamiento real

La primera vez que asistí a un teatro fue en compañía de inquebrantable, admirable e imperfecto personaje real.
La influencia y mi acercamiento hacia la monarquía fue interesada, pues quería hacerme un hueco en ella para alimentar la incesante llama que en mi interior ardía.

Estaba enamorado.
Ese devenir apunta mi proceso de adaptación a la regia manera para engarzar tal fin.
El ciclo de mi historia hasta ahora, había sido de un caballero con una torpeza especial para el cortejo.
Pero la figura femenina que ahora acompaña mi mente, hace que teja mis sueños. Esa dama misteriosa, inalcanzable. Que recita poemas y se esconde tras sus sonetos de azúcar, sin romper los moldes de una comedia perfecta de enredos y sorpresas.
Yo que entre otras cosas soy mecenas de las artes y las letras y consagro a los personajes con adulación y galantería.Se me hace esta escalera de arena como un poema de versos blancos, infranqueable.
Ese juego de tronos, dónde la sinuosa dama inicia su galanteo Con su danza serpentean te, aduladora, evocadora…acabando su meandro debut, recitando.

Así como comenzó, habitó en mí una alegoría que hizo que pensase que no estaba a mi alcance.
Ese amor platónico que sentía, que me aturdía, que me martilleaba mis sentidos… me dejaba sin la energía necesaria para respirar.
Quiero tener el temple, para pedir a su alteza que apueste por mí y que su manto real cubra mis carencias, apoye mi insignificante presencia y haga nimiedad mi torpeza.
Es la excusa perfecta, con el mensajero palaciego, las espaldas tengo cubiertas. Y espero con desespero que mi corazón lo complete la dama que llena mi cabeza.

                                                                                                           Virginia Amaia Bringas Bartolomé

MI PRIMER DISFRAZ

La primera vez que me disfracé,  eso fue cuando tenía 4 años.
Era una pequeña bruja.  Lo gracioso del caso es que le tenía mucho miedo a una máscara que me compraron para usarla en  aquella ocasión .y me puse a llorar. Luego me vistieron de una pequeña vampira con un vestuario muy lindo.
                                                                                                                      CHOUHIDA OUASS

La primera vez de mi primer día de clase


Recuerdo que sonó el despertador RING,RING,RING.era hora de levantarme
.
Mama abrió la puerta de mi cuarto y con un dulce beso .me despertó y dijo:

“CHOUHIDA ya es hora de que te levantarte, hoy es tu primer día de clase”.

Entre sueños la escuché y medio dormida me levanté me sentía algo nerviosa.
Entraba a segundo grado y tendría nuevos amigos y amigas, pero me preocupaba
cómo íbamos a ser amigos si nunca los había visto.
Todo eso pensaba mientras me lavaba los dientes. Después de haber tomado el desayuno papa y mama me llevaron a la escuela y me dejaron en la puerta de mi clase.
 Muy tímida  observé la clase,  y a los niños que al igual que yo llegaban con sus padres.
 La maestra se acercó a mí .me saludó cariñosa mente,  me preguntó mi nombre y me designo un carpeta.

Había llegado el momento de hora nuevos amigas.pero el problema fue que no sabía cómo
hacerlo. De pronto la maestra iniciaba la clase.pero un ruido que venía desde la  pared la detuvo
Y se fue a averiguar que era lo que pasaba.Era una niña que estaba en la puerta del salón y por
la expresión de su rostro parecía que no se animaba a entrar.observé cómo mi maestra
le hablaba cálida mente, pero la niña mostraba cara de timidez; así que decidí acercarme y con una
gran sonrisa.le dije salma mi nombre es Chouhida ¿qué te parece si te sientas a mi lado?

Sin dudarlo me respondió.claro mi nombre es YOSSRA . Después entramos juntas al salón y
nos sentamos en la misma carpeta.Me sentía feliz porque tenía una nueva amiga .
Una amistad es brindando confianza y claro también una gran sonrisa
Ahora tengo muchas amigas pero YOSSRA y yo siempre seremos las mejores amigas.



                                                                                                                        CHOUHIDA OUASS


EL COLEGIO

LA PRIMERA VEZ QUE HE IDO AL COLEGIO FUE EN RUMANÍA EN UN COLEGIO MUY CERCA DE MI CASA Y EMPECÉ A LOS 7 AÑOS  Y SEGUÍ HASTA LOS 10  PORQUE MIS PADRES NO TENÍAN DINERO Y TUVIERON QUE MARCHARSE AL EXTRANJERO.
 AHORA LO SIENTO MUCHO QUE NO HE CONTINUADO LAS CLASES PORQUE NO TENGO NINGUNA PROFESIÓN Y ME CUESTA ENCONTRAR TRABAJO.
 TAMBIÉN PORQUE NO PUEDO AYUDAR A MI HIJO CON SUS DEBERES.
  AHORA ESTOY ESTUDIANDO CASTELLANO  PORQUE PIENSO QUE ME VA A AYUDAR  MUCHO EN LA VIDA

                                                                                                                          ANDREIA SANTOS  

LA DIABETES

La primera vez que el médico me dijo que tenía diabetes:
Me sentí muy mal porque tuve que hacerme muchos análisis, empezar a tomar pastillas y cuidarme mucho. Pero, con el tiempo, se ha ido agravando mi enfermedad y hora estoy haciendo un tratamiento para la vista; me pincho cada semana en un ojo para seguir viendo.

                                                                                                                            VASILE GHEORGHE

LA ESCUELA

La primera vez que vine a la escuela de EPA:
Yo no hablaba nada. El profesor Carlos fue muy amable conmigo.
Me dijo que estuviera tranquila y me apuntó aquí. Yo estoy muy contenta porque vengo todas las tardes a la escuela y aprendo castellano. Quiero dar las gracias a todos los profesores.

                                                                                                            FATIMA ZAHERA HANINI

ENAMORARSE

La primera vez que vi a Vasile:
Tenía 17 años. Vi a Vasile, mi novio, cuando estaba cantando con los amigos.
Yo estaba bailando con mis amigas en el parque. Me gustó mucho y bailamos juntos.

                                                                                                                   MARIA GHEORGHE

MONTAR EN UN AVIÓN

La primera vez que subí a un avión:
Me monté en el avión para llegar a España. Yo estaba nerviosa porque era nuevo para mí.
Cuando llegué a Madrid yo me sentía muy triste porque sabía que mi país estaba muy lejos. Después cogí otro avión más pequeño para llegar a Barcelona. Ya me encontré con mi marido y me alegré mucho.

                                                                                                                                          MATI TOURE



EL REGRESO A MI PAÍS

La primera vez fue el día que regresé a mi  país para ver a mi familia; tuve una alegría como el día en  que nace un niño. Eso fue durante el verano.


                                                                                                                          OUTMAN HAMANI

LA PRIMERA VEZ QUE…

La primera vez que vine a Bilbao no conocía ninguna persona, me sentía muy solo y echaba de menos a mi familia.

La primera vez que vi a mi hija estuve muy emocionado, me sentía muy contento.

La primera vez que comí tortilla con patatas me encantó mucho el sabor.

La primera vez entré en Europa tenía mucho frío, no tuve chaqueta grande para protegerme.

La primera vez que salí de mi país era muy pequeño y no hablaba castellano.
Y cuando empecé a estudiar castellano me resultó difícil porque era un idioma muy diferente.

La primera vez que hice una mudanza fue muy cansado porque no tuve ayudante.

La primera vez que entré en la Biblioteca de Basauri había poca gente. Me pareció una escuela.


La primera vez que empecé a viajar fui muy nervioso. Porque fue en un avión.

                                                                                                          MAMADOU SAMB





LA SALSA

La primera vez que vi a mi madre y a mi padre bailar la salsa fue una experiencia inolvidable para mí.
Yo me sentí muy feliz cuando ellos se miraron a los ojos; estaban tan enamorados.
No los había visto nunca tan felices.
Después de ese día yo tengo la imagen guardada en mi cabeza.
Fue el día más maravilloso de mi vida.
Yo quisiera tener una vida como ellos.

                                                                            ENMA  BADJI






EL DÍA MÁS FEIZ DE MI VIDA

La primera vez el 24 diciembre de 2010 por la mañana le llevé a mi mujer al hospital para dar a luz.
 Yo estaba nervioso hasta que nació mi hijo luego le cogí  del  brazo.

Fue el día más feliz de mi vida.


                                                                          Hassan El  Bbouchattaoui

La primera vez que mi madre me dio dinero

Mi primera vez que fui a casa cuando era más pequeño mi madre dio cinco leí, luego pasé por una tienda para comprar un yogur natural y pan porque tenía hambre.
Después de comer, me volví a casa sin dinero.




                                                                                                                     Stefan Eugen Nistoran





lunes, 9 de marzo de 2015

MI HIJA ACTÚA EN EL TEATRO

Estoy en la cama. Me despierta la lluvia contra el cristal. Esta noche no he dormido bien. Por primera vez voy a ver la actuación de mi hija que baila en el teatro. Estoy nerviosa. Me levanto, me ducho, me preparo lo mejor posible y tomo un café rápido. Con los nervios no me apetece nada más.
Cojo mi entrada y me dirijo al autobús con bastante antelación para llegar a tiempo. Llego al teatro y con gran sorpresa veo una gran fila de gente. ¡Qué bien- pienso- va a haber mucho público! Eso me alegra. Me pongo en la cola dispuesta a esperar. De repente veo a mi hija que me busca, me da un beso y me lleva con ella por otra puerta.
Entro al teatro !Es tan grande y bonito! Escojo la primera fila para ver sin problemas la actuación. Quedan 20 minutos para empezar y el teatro está a rebosar de gente.
Es la hora. Las luces se apagan y comienza la música. Bailan coreografías preciosas. Yo disfruto, me emociono y lloro. Mis ojos no se apartan de ella ¡Es mi hija! Cuando acaba la gente se pone en pie aplaudiendo sin parar. Todo un éxito.
Espero su salida. Viene contenta y feliz, con un gran ramo de flores y se abraza a mí. La primera vez que fui a ver actuar a mi hija, fue una experiencia maravillosa.

Amparo Rey

EL ORDENADOR Y...

Hace 20 años la primera vez que encendí un ordenador me pareció algo increíble, un aparato que era capaz de guardar lo que escribía, cambiar el tamaño de la letra  y poca cosa más; después llego algo todavía mejor, internet, podía mandar un correo a cualquiera que tendría una cuenta y este era capaz de leerlo desde cualquier ordenador, los discos de almacenamiento eran de 2,5 megas y los ordenadores tenían hasta 40 gigas de memoria, que aquello era tecnología punta para cualquier torpe como yo. Horas y horas de entretenimiento esperando a que se cargara aquella foto de vacaciones o aquel video de la tontería de turno que tardaba una eternidad en aparecer en pantalla llegado por email, ósea por correo electrónico.
Ahora tengo un ordenador en mi lavadora, lavaplatos y nevera, un aspirador que aspira por su cuenta,  esquiva obstáculos y no protesta, tengo ordenador en mi tele, en mi Tablet y en mi Smartphone, mando a distancia para casi todo… en fin,  en los últimos 20 años mi vida ha cambiado, dependo de la tecnología: Pido citas médicas peleándome con una máquina, hablo con mis conocidos por WhatsApp, hago videoconferencias por Skype, cocino con robot y conduzco con ordenador de a bordo.
Ni en mis sueños más futuristas habría imaginado que mi vida se convertiría en un constante manejo de aparatos con inteligencia artificial, que hace de menos a la mía, pero aun así estoy enganchada. Estoy deseando ver con que maravillas nos sorprenden, como nos cambiarán la vida, qué cosas nuevas harán que cambiaremos nuestra manera de trabajar y relacionarnos, qué nuevos inventos estarán a nuestro alcance… Quizás podamos ser capaces de dominar todas las lenguas mediante un chip, no sé,  sorprendedme, estoy impaciente por probar cosas nuevas.. ¿Seré una yonki?

Susana Viteri

EL PARQUE DE ATRACCIONES

Hay parques de atracciones grandes, pequeños, largos, con muchas tiendas...pero la mejor sin duda fue una de París.
Tenía luces, era bastante grande y bonito. En pocas palabras, era el primer parque de atracciones  al que acudí.
La primera vez, me fijé en que era muy grande, luminoso y con mucho espacio. Había muchos tipos de atracciones y variadas tiendas.
La mejor atracción con diferencia era la noria, que se veía a lo lejos casi desde la entrada y en cuanto me subí dentro, me pareció bastante agradable.
Iba lentamente y saqué varias fotos desde lo alto. La gente se veía muy pequeña y como había miles de personas en ese momento, fue como ver un montón de hormigas moviéndose.

Finalmente salí de aquella atracción para dirigirme a la churrería y volver a casa.

Rubén Bakuela

DIAS DE VERANO

 Las vacaciones de verano le pasé con mis abuelos en Moldavia. El pueblo en el que viven está cerca del río Prut. Durante las últimas vacaciones de verano yo estaba ocupada con varios exámenes, y lo pasé sentada con mis abuelos durante todo el tiempo.
La vida en el pueblo me sentó muy bien. El aire fresco del pueblo, cerca de un gran bosque, era un verdadero placer para mí. Lejos de la contaminación del aire de la ciudad donde vivo, fue la primera vez que sentí la vida saludable.
 Los días pasaban uno tras otro, de manera imperceptible, y empecé a darme cuenta cada vez más que la vida en el campo es hermosa. Lejos de la ciudad no se está tan aburrida como yo pensaba inicialmente. Cada momento del día hay una actividad de la que tienes que ocuparte: trabajar los campos , cuidar los animales. Me enteré de que tengo una cierta habilidad en el cuidado de los animales, además de cuidar una casa. He aprendido que el perro que cuida la casa de los abuelos,  es un pastor pero cariñoso, como un gato. Tanto me encantó este perro que me prometí volver a casa para tratar de convencer a mis padres para que me permitieran tener un perro mio.
 Al final de las vacaciones de verano después de varias semanas en el pueblo de los abuelos, puedo decir que he vuelto  una persona diferente. Aprendí a apreciar el trabajo de los campesinos, platos tradicionales, costumbres de las personas que viven en el campo. Aprendí a apreciar y ver los beneficios de la comida casera, frutas y vegetales recogidos directamente desde el jardín, así que me prometí no tocar los platos de "comida rápida".
 Creo que  no puedo vivir de forma permanente en el pueblo, pero que al menos un corto período del año vale la pena vivir cerca de la naturaleza. Y la vida en el pueblo es el mejor lugar para disfrutar de  la naturaleza  con la gente. Creo que estas vacaciones de verano fueron  de las más hermosas de mi vida.

Mihaela Cocos

EN PARAPENTE

Llegó el momento de la verdad, estaba aterrado y me temblaban las piernas. Me decidí y me arrojé por el precipicio con el parapente.
Con angustia, veía que no se me enderezaba el parapente e incliné el cuerpo hacia atrás. Se enderezó y comencé a coger confianza y destreza.
Estaba llegando al valle y vi una pradera extensa y me dispuse a realizar un aterrizaje de emergencia. Se me pasaron por la cabeza todos mis seres queridos. Incliné los pies para utilizarlos de freno mientras erguía el cuerpo para contrarrestar la fuerza del viento.
El aterrizaje fue un éxito para ser mi primera vez en parapente.
 Es una experiencia que me produjo pavor pero de la que enorgullezco por haber sido capaz de afrontar el reto.

Joseba Escorial

VOY A LA ESCUELA

Yo vivo en Usansolo. Usansolo es un pueblo muy bonito. En Usansolo viven 4.500 personas.
Hay una escuela. En la escuela estudian muchos niños. Uno de los niños es mi hijo.
Yo tengo dos hijos. Uno tiene 6 años. El otro tiene 16 años y va a una escuela de Galdakao.
Y ahora me toca a mí. Es la primera vez que voy a una escuela en este país y me siento muy bien.

Cristina Xabier de Brito

MIEDO Y TEMOR DE UN NIÑO

La primera vez que vi el mar, era un niño de cinco años. Mi padre me había llevado, por el paseo del acantilado, para verlo.
Me quedé quieto mirando, mi cerebro, que era pequeño no entendía nada de inmensidad, mis ojos entreabiertos miraban el horizonte por ver si veía la otra orilla.
Estaba en estos pensamientos cuando un temblor y un ruido que nunca había notado ni oído, me lleno de miedo y temor. Mire hacia arriba, y vi la cara de mi padre; me estaba sonriendo, y con un movimiento de protección me apretó hacia el.
Mirando otra vez el mar, vi lo que me dio miedo y temor; eran enormes olas, con sus cimas que venían espumajeando, como si tuvieran la rabia, chocando con fuerza contra los bloques que estaban para romperlas.
Ahora soy adulto, y estoy en el mismo sitio. Me he metido en aquel cerebro y aquellos ojos. Entonces he notado el temblor y oído el ruido, he visto las olas, los bloques, y el mar, que vi. La primera vez.

Ignacio Echarri

DESPUÉS DE LA SÉPTIMA EXTINCIÓN O LA ESPERANZA

Cuando Ura bajaba acompañada de su gato Lince a los acantilados de Zumai, iba alegre y feliz por volver a encontrarse con sus amigos los delfines, las focas y, a lo lejos, la ballena blanca. Ellos ya la habían visto y venían a saludarla y a jugar con ella. Ura corrió nadando a su encuentro. Se sentía parte de esa gran familia. Podía comunicarse a través de sus miradas; le contarían cómo habían descubierto nuevos bancos de comida, los nuevos seres que habían nacido en el grupo y de cómo se divertían jugando con las olas.
Se abrazaron profundamente y montándose Ura a lomos del delfín, con la espuma acariciándole la piel, se fueron acercando a la tranquila playa de Bedua para jugar, coger caracolas, conchas y algún que otro crustáceo para llevárselo a su ma Jaia.
Al regresar, se despidió con la pena de que igual en un tiempo largo no se volverían a ver, pero sabía que estarían bien, y además, en lo alto de la colina le esperaba su amona Lamia.
Lamia la veía venir hacia ella, llena de vida hermosa por dentro, en proyecto de lo que iba a ser un ser humano bondadoso , y no pudo evitar emocionarse.
Una fatigada Ura llegó para sentarse y acurrucarse en su regazo ,¡le gustaba tanto estar con Lamia!, antes de su vuelta a Ekai, el hogar donde su familia la esperaba. Callada y quieta, Ura esperó a que Lamia empezara a contarle la Gran historia:
"Érase una vez hace 200 millones de años. Surgió de lo más profundo del mar, la gran madre Lur " la tierra". Se formó porque se fueron acumulando pequeños esqueletos de animalitos junto con arcillas, dando lugar a diversas formas de vida, naciendo y extinguiéndose durante largos periodos de tiempo.
Pero hace 60 millones de años, unos nuevos seres mamíferos aparecieron en "la tierra" y pensaron que eran superiores a la Diosa Montaña, a la Diosa Mar, al Dios Río y al Dios Árbol. Entonces, su avaricia y su miedo los destruyó; esa fue la séptima extinción.
Después de estar "la tierra" en reposo, renacieron unos nuevos seres, que su amor era tan intenso por todo lo que les rodeaba, que dio lugar a la verdadera armonía de todos los humanos que hoy pueblan la tierra. Y por primera vez dejamos de tener miedo y nos convertimos en inmortales."
La carita de Ura era la más pura expresión de la felicidad.

Delia Martinez 

ME PICÓ UN TÁBANO

Cuando era pequeña, solíamos ir de vacaciones a un pueblecito de Málaga  llamado Campanillas. Siempre esperando que llegase el verano, porque eso quería decir que llegaba el adiós al colegio y el hola a las vacaciones.
Solo teníamos que esperar a que saliese de la boca de  mi padre ¡Ala Anita, prepara las maletas que mañana salimos de viaje!
Recuerdo aquel larguísimo viaje. Para nosotros era agotador; ese calor que hacía. No podías ni bajar las ventanillas porque te asfixiabas. Pese a eso, era emocionante porque nos acercábamos a la casa de mis tíos.
Estando ya en el pueblo, después de dejar las maletas y demás bártulos, nos fuimos a dar un paseo por el campo.
Todo era muy bonito, Esas cañas de azúcar, esos árboles frutales, ese río, que a pesar de estar en verano llevaba agua, no mucha, pero la llevaba.
Todos paseábamos entre la hierba descalzos, risas por aquí, risas por allá, jugábamos al pilla, pilla. ¡Ay! ¡qué bonito era aquello!
De vuelta para casa me tuve que parar en seco ¡Ay! ¡qué dolor! -Mamá, mamá, corre ven he notado un pinchazo en la mano.
Aquella fue la primera vez que me picaba un tábano.
Que manera de llorar, pensé que me quedaba seca, con tanto echar lágrimas ¡Como se me puso el dedo! Parecía una bota.
Luego nada, corriendo al médico, unos días de curas, mimitos y listo.

Yolanda Ortega

EL CINE

Vivía en una casa en el campo. Era un pueblo muy pequeño y bonito. Había muchos
árboles y un parque, también  pequeñito. Siempre nos reuníamos allí con unas niñas para jugar.
Aunque no había muchas cosas, siempre nos lo pasábamos muy bien: jugábamos a la comba, al balón...y junto a la casa había un río pequeño al que también solíamos ir a nadar.
Teníamos mucha curiosidad por ir al cine ya que no sabíamos ni como era. Nunca habíamos ido porque en el pueblo donde vivíamos no había. Una vez a la semana íbamos a otro pueblo que estaba cerca del mío y allí tenía una amiga que siempre me decía que marchara con ella al cine. Aunque tenía mucha curiosidad, yo no me decidía a ir. Hasta que un día, no sé por qué fui con mi amiga al cine.
Fuimos y al entrar allí me sorprendió mucho ver esa pantalla tan grande y la sala llena de asientos. Me senté y enseguida apagaron las luces. Empezó la película. ¡Ese día fue inolvidable para mí!

Susana Hernández

LAS MEDIAS

Ocurrió, el domingo de ramos de 1960.
En casa teníamos por norma, cumplir los preceptos eclesiásticos. En la misa mayor se bendecían los ramos. Yo me preparaba con esmero para acudir a la liturgia.
Recuerdo que ese día estrené un traje de cuadritos con  falda plisada y zapatos con un poquito de tacón según la moda.
 Pronto cumpliría 15 años y consideraba que ya debía ponerme medias.
 Mi natural coquetería me decía que los calcetines no iban bien con la ropa y me empeñé en ponerme medias de cristal.
 La primera vez que me puse medias fue un fracaso total. Aquellas medias finísimas y con costura  no se adaptaban a mis delgadísimas  piernas. Por mucho que las estiraba no  se sujetaban.
 Cuando me vio mi padre aparecer, insistió  en que no me quedaban bien  y debía llevar calcetines. Yo me empeñé  en llevar medias y así lo hice. Cuando había recorrido apenas 200 metros, las medias se habían aflojado tanto, que  hacían unas bolsas feísimas en la pantorrilla. Me metí en un portal y las estiré tanto que se me agujerearon así  que no me quedó más remedio que quitarme las medias.
  Cuando regresé a casa, entre las rozaduras que me hicieron los zapatos y  la chanza de mi padre, aprendí que la crítica constructiva, es buena y que él, siempre sería mi mejor consejero.

Pilar Monreal
 
         

EL PÁNICO

Es una tarde cualquiera pero no es como otras. Estamos en invierno en el mes de febrero y los días ya son unos minutos más largos. Este año no para de llover. Los ríos ya se están desbordando a su paso. También hace mucho frío.
Por fin ha empezado a nevar. No es lo habitual de aquí, pero de vez en cuando sucede en mi tierra. Sí, sobre todo lo recuerdo de pequeña. Había días en los que no podíamos ir al colegio. ¡Pero de eso ha pasado mucho tiempo!
Me asomo a la ventana y veo los copos caer. Está empezando a ponerse blanco el suelo. Ahora la nieve está cuajando en los tejados de los edificios que han ocupado lo que antes eran campos verdes con caseríos y animales por todos los lados; caballos, ovejas y perros ladrando.
En ese mismo lugar edificaron también un polideportivo al que acuden miles de personas a hacer ejercicio y entre ellas un día me encontré yo.
Me apunté a “aqua gim”, gimnasia en el agua, esperando obtener un cuerpo 10 ¡pero no sé nadar! y por primera vez no pude contener el pánico al ver que me ahogaba y me iba al fondo. Fue horrible, así que no lo he vuelto a intentar. Fue la primera y última vez.
Pero pienso que nunca es tarde para marcarse nuevos retos y espero superar el miedo al agua. Para ello, primero tendré que aprender a nadar.

 Maria Antonia Castaño

ROBANDO SANDÍAS

Un verano, el verano de 1997, fue un verano muy caluroso.
Llevaba ya bastante tiempo de vacaciones escolares y estaba ansioso para que mis padres cogieran las suyas e irme a Guijo de Granadilla, un pueblo de Cáceres, cerca de
Plasencia.
Al fin ese día llegó. La verdad es que el viaje era una odisea, porque mi padre no tenía coche y teníamos que ir en autobús. El viaje duro nueve horas.
Una vez que llegamos al pueblo, lo primero que hicimos fue visitar a todos los familiares, y segundo, ir corriendo donde mis amigos del pueblo.
Disfrutaba muchísimo. Nos juntábamos muchos niños. Pasábamos casi todo el día en la piscina, y por la noche hacíamos mil travesuras.
Jugábamos a polis y cacos por todo el pueblo.
Aquella noche, una noche de luna llena, se veía perfectamente en plena noche, y a mí me tocaba en el grupo de los cacos.
Uno dijo --‐¿ y si vamos a comer sandias? Y respondimos que si.
Mientras los polis nos buscaban, nosotros fuimos a las afueras del pueblo, saltamos a un huerto y José Manuel sacó una navaja y peló una sandia. Mientras comíamos la raja de sandia, sentados en un tronco, nos reíamos de los polis que nos estaban buscando por el pueblo.
Ese fue uno de mis mejores veranos, lo malo es que como todas las vacaciones, se acabó. Y ahora siempre que como sandia, me acuerdo de aquel verano, de aquella sandia y de aquel recuerdo nostálgico.

Jose Blanco

EL VIAJE A DONOSTI

Hace algunos años, yo nací en Gasteiz, una ciudad preciosa. Por diversas circunstancias, mis padres se trasladaron a vivir a un pueblo de Bizkaia, donde pasé mi infancia. Allí fui feliz, aunque nunca íbamos de vacaciones como los otros niños, porque nosotros no teníamos pueblo y a mí me daba mucha rabia.
Un año conseguí que me dejaran ir a un campamento de verano y me lo pasé genial. Me parecía casi imposible pasar 15 días sin mis padres y viviendo una aventura increíble. Pero yo quería ir de vacaciones y quería ir a San Sebastián.
En casa, mis padres siempre hablaban de lo bonito que era San Sebastián, ciudad que conocían porque habían ido de viaje de novios y yo soñaba con visitarla algún día.
Después de muchos años conseguí realizar mi sueño de ir a Donosti, en una salida que organizaba la escuela al Museo de la Ciencia.
¡La primera vez que iba a Donosti! Me hacía mucha ilusión pero la verdad es que salió un día malísimo, con lluvia y mucho viento. Bueno, el museo era precioso, me gustó mucho y pasamos un día estupendo a pesar del mal tiempo.
Aún así, todavía tengo pendiente volver otro día para poder ver la playa, el Casco Viejo y recorrer la ciudad sin prisa. Espero poder ir este verano, ya que la primera vez que fui no pude disfrutar de la ciudad tanto como en mis sueños.

Inmaculada Rodriguez

LA PRIMERA VEZ QUE...


Yo era un niño tranquilo
y bastante tímido.
Me costaba
hablar con la gente, 
y enseguida
me ponía rojo
y nervioso.
Teniendo 7 años
empecé a escribir
mis primeras redacciones
en el colegio,
y entonces me sentía
muy a gusto
y contento.
A los 9 años,
cuando el profesor
nos pidió escribir
una carta de pésame,
a un amigo imaginario,
por la muerte
de su padre,
fue la primera vez que
que descubrí
mi gran pasión
por la escritura,
y lo “mágica” y fascinante
que resultaba esta...
La carta
la escribí con el corazón,
y modestia aparte 
me quedó muy lograda,
y así me lo hizo saber
mi maestro,
que dijo
que se emocionó mucho,
y no esperaba
que siendo un niño pequeño,
pudiera así de bien ,
expresar mis sentimientos...
¡Qué pena!
que una carta
tan sencilla y emotiva,
se haya perdido
en el olvido,
del tiempo y los recuerdos...


Federico Gil Marcos

LA NIEVE

Tingher es una ciudad situada en el sudoeste de Marruecos. Es conocida por su clima caliente y seco; apenas llueve un poco durante el invierno y es casi imposible que caiga nieve.
Pero un día de invierno, cayó una capa de 50centímetros de nieve. ¡Fue una grande e inesperada sorpresa! Entonces tenía cinco años y era la primera vez que veía la nieve.
Lo primero que pensé fue tocar y descubrir el sabor que tenía. Pasamos el día jugando y resbalando sobre la nieve.
¡Fue un día inolvidable!

Yamila Oumadi

CUANDO VINE A ESPAÑA

Vivía en Marruecos, en Casablanca con mis padres y mis hermanos. Tenía una vida muy cómoda pero de repente pensé en mejorar mi vida y decidí viajar a España.

Era la primera vez que viajaba emocionada a España donde vivía mi hermana, en busca de mejor vida. Y la verdad es que  encontré un buen trato por parte de la gente y la igualdad en todos los sentidos.

Sanaa Chrigui

LA PRIMERA VEZ QUE VI EL MAR

Un día de los primeros años de mi infancia, aún tenía tres o cuatro años, estaba como normalmente jugando en las afueras de la casa.
Alrededor de la una o dos de la tarde, el cielo estaba un poco nublado, tal vez porque era el final del verano.
Inesperadamente vino mi padre y me llevó consigo en moto. Iba conduciendo hacia la playa pero yo no sabía a donde íbamos, hasta cuando llegamos allí.
La playa no estaba lejos de la casa. Sólo había tres o tres y medio kilómetros de distancia.
Yo me asombré por su enorme inmensidad y no ver el final por ningún lado. Y sus olas no paraban el movimiento hacia delante y hacia atrás.
Aquel día fue tranquilo y azul.
El mar, al verlo por primera vez es maravilloso.

Mohamed Boukich

EL MAR

Era una niña de ojos verdes que vivía en un pueblecito de la Extremadura rural. Sólo había visto campos secos de trigales y se preguntaba cómo sería el mar.Lo imaginaba azul y pacífico como en los mapas que mostraba la maestra en clase y se preguntaba ¿nunca lo veré? La vida de esta niñita cambió cuando sus padres decidieron ir a vivir al Norte.
Ya no era tan niña cuando acompañada de un amigo vio el mar por primera vez. Su impresión fue tan fuerte que se enamoró y quedó prendada. No se cansaba de observar como fluían las olas, la espuma blanca que se formaba,  las gaviotas canturreando mientras buscaban su comida…y se preguntaba de donde saldría tanta agua y cómo podían flotar los barcos.
La niña se ha hecho mayor y del mar sigue enamorada. Cuando puede visitarla, espera a que la luna salga y siente tanta emoción, paz y amor en su alma que nunca se cansa de ver su mar. Su mar enfurecido y en calma. Y disfrutar de su olor sobre la arena mojada.Esa niña era yo.

Mari Angeles Garcia Tito

ESQUIAR EN LA NIEVE

Era una semana como otra,hasta que un día mis padres nos dijeron que íbamos a ir a la nieve a esquiar. Estaba muy nervioso, era la primera vez que iba a ver la nieve  !iba a poder esquiar! Era lo que siempre había soñado.
Al día siguiente nos fuimos a la estación de Baqueira .Llegamos y estaba todo nevado.Mi primera impresión fue de alegría,nunca había estado en la nieve y era la primera vez,tenía muchos nervios porque no sabia esquiar.Al principio me empezó a enseñar mi padre pero...fue un desastre así que mis padres cogieron un profesor para que nos enseñara a mi hermano y a mi.
Después de 3 días ya sabíamos muchísimo así que empezamos a tirarnos por todas las pistas que había. Nos lo pasamos muy bien.Fue la mejor semana de mi vida.Al séptimo día era hora de volver para casa y nos dio mucha pena porque nos gustó mucho

Iván Hernández