viernes, 8 de mayo de 2015

EL VIAJE

La primera vez que salí de mi país para viajar al extranjero, no fue por vacaciones o porque tenía una ilusión, sino por trabajo: la necesidad me obligaba.
No se me olvida la vez que tuve que subir al avión. Para mí ese momento fue como si estuviera en otro mundo.
No sólo era que tenía miedo, además no sabía a dónde llegaría y sentía mucha tristeza por mis seres queridos. ¿Cuándo volvería? Sabía que iba muy lejos.
También sentía una gran incertidumbre. Me preguntaba: ¿cómo será allá? Pero yo estaba ahí dentro, sentada en el avión. Para mí no era un lujo, sino, más bien, una confusión.
El avión despegó y vi como subíamos más y más. Cuando miraba hacia abajo, las casitas parecían de juguete. Comprendí que no había vuelta atrás. Me tocó mirar de frente, prepararme psicológicamente para mi llegada y pedir a Dios que me diera fuerzas para salir adelante.
Fue así; no fue nada fácil, pero sí salí adelante. Viví malas y buenas experiencias que me ayudaron a crecer en la vida.


                                                     SABINA CARBAJAL


No hay comentarios:

Publicar un comentario